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Entendiendo el vértigo y el mareo

Entre las causas más comunes por las que los pacientes acuden al médico se encuentran los vértigos y mareos y otras alteraciones del equilibrio y la orientación, alcanzando algo más del 10%. Pero teniendo en cuenta de que, en su mayoría, se trata de una percepción sumamente subjetiva (el vértigo se puede medir, el mareo es más subjetivo), los profesionales médicos se ven en la dificultad de valorarlos.

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Sin embargo, el avance científico ha permitido que en los últimos años se haya conseguido una mayor precisión tanto en los diagnósticos como en los tratamientos de pacientes con vértigos. De cualquier manera, la propia terminología puede resultar de por sí bastante confusa, ya que los pacientes suelen utilizarla indistintamente.

Así pues, ¿cuál es la diferencia entre vértigo y mareo? De acuerdo al estudio de Drachman y Hart de 1972 podemos distinguir:

  • Mareo: Un síntoma difícil de explicar, a menudo descrito como sensación de inseguridad y falta de confianza en la propia estabilidad corporal. El mareo es una sensación de inestabilidad o desequilibrio, que puede presentarse como una sensación de aturdimiento, flotación o sensación de que la persona se va a desmayar. A diferencia del vértigo, el mareo no implica una sensación de movimiento rotatorio. Puede estar relacionado con una variedad de condiciones médicas, como cambios en la presión arterial, problemas cardíacos, deshidratación, ansiedad o trastornos del oído interno.
  • Vértigo: La descripción es similar a la del mareo, pero se agrega una sensación de movimiento y giro de todo lo que se encuentra en el entorno. Sensación de pérdida del equilibrio. El vértigo es una sensación de movimiento rotatorio o de giro, ya sea de uno mismo o del entorno, cuando en realidad no hay movimiento real. Es una ilusión sensorial que puede sentirse como si el ambiente estuviera girando alrededor de la persona o como si la persona estuviera girando dentro del ambiente. El vértigo puede ser provocado por problemas en el oído interno o en el sistema vestibular, que es responsable del equilibrio.

Causas subyacentes de vértigo y mareo

Los mareos pueden venir provocados por una infinidad de detonantes. Uno de ellos puede ser los fármacos, algunos de ellos tóxicos para los nervios de los oídos o los órganos implicados en el equilibrio. Pero también pueden darse mareos cuando el cerebro no recibe suficiente oxígeno o glucosa, si se padece un daño por cambios de presión como el barotrauma del oído, o si se sufren otros trastornos como depresión, ansiedad, trastorno de angustia o dificultad respiratoria.

Por su parte, el vértigo puede presentarse de distintas maneras en función de cómo se encuentre afectado el paciente:

  • Vértigo central: Se caracteriza por inestabilidad constante en el equilibrio y no presenta ni náuseas ni vómitos. El diagnóstico se realiza mediante pruebas de imagen debido a que su origen suele ser neurológico. Asociado a epilepsia, tumores encefálicos, problemas de circulación cerebral o esclerosis múltiple.
  • Vértigo posicional: El más común de todos. Provoca una sensación de malestar breve provocada por el movimiento de la persona.
  • Vértigo periférico: Puede surgir de forma inesperada y durar horas o minutos. No solo se experimenta la sensación de movimiento en el entorno, sino que está acompañado de síntomas como vómitos, náuseas, problemas de audición y sudoración.

Las causas que provocan el vértigo habitualmente se localizan en el oído interno, sobre todo cuando se sufren infecciones o alguna perforación en el mismo. Además, resulta imprescindible analizar cómo responde el oído en cada ataque de vértigo, por ejemplo, si se producen zumbidos o ruidos, porque esto ayudará a determinar la terapia necesaria para combatirlo.

Síntomas distintivos de vértigo y mareo 

Podríamos decir que la diferencia entre vértigo y mareo reside en los síntomas que estos provocan al individuo, o al menos buena parte de ella. Algo que queda patente teniendo en cuenta que:

  • Vértigo: Provoca náuseas, ganas de vomitar y sudoración. La sensación puede durar segundos o incluso horas. Las personas que lo sufren prefieren permanecer acostadas e inmóviles. Sin embargo, puede llegar a experimentar esta sensación incluso sin moverse. No hay pérdida de conciencia.  
  • Mareo: Provoca que la cabeza parezca flotar y que la visión esté nublada. Provoca sensación de debilidad en la persona, dando la impresión de ir a caerse o perder el conocimiento al andar o al levantarse, aunque nunca sucede. Se asocia por lo general a enfermedades que afectan al riego cerebral o como consecuencia de alteraciones en la columna cervical.

Enfoques de tratamiento para vértigo y mareo

El tratamiento para ambas afecciones también deja clara la diferencia entre vértigo y mareo ya que es necesario tener en cuenta el origen del mismo para establecer el tratamiento.

  • Mareo provocado por medicación: Se trata interrumpiendo o reduciendo la dosis del medicamento que lo causa o cambiándolo por uno alternativo.
  • Vértigo provocado por trastornos del oído interno: En caso de laberintitis o neuronitis vestibular el vértigo se trata con antihistamínicos como la meclizina, o benzodiazepínicos como el Lorazepam o el diazepam.  
  • Vértigo postural paroxístico benigno: Se trata con la maniobra de Epley realizada por un profesional sanitario con experiencia. Las personas afectadas pueden aprender a hacerla en casa para mitigar los síntomas. 
  • Vértigo provocado por la enfermedad de Meniere: Se trata la enfermedad en conjunto, apostando por una dieta baja en sal y un diurético. Sin embargo, no es algo eficaz para todas las personas que la sufren. 
  • Vértigo provocado por migrañas: El objeto del tratamiento es la migraña ya que el vértigo es un síntoma asociado.

En cualquiera de los casos, si el vértigo se experimenta de forma muy prolongada los pacientes pueden optar por la fisioterapia para trabajar en la alteración del equilibrio y poder sobrellevar sus efectos.

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